A veces llegan a los centros «recetas» para mejorar el nivel de lectura de nuestros alumnos. Yo sólo creo en el trabajo que, partiendo de la situación real del alumno, se le ofrece a éste de forma correcta, bien secuenciado, con continuidad y esfuerzo y no en “ocurrencias milagrosas”. Difícilmente se puede conseguir que un alumno tenga interés por la lectura de un libro si no se le han cubierto adecuadamente y de forma generosa otras etapas previas a esta actividad.
La lectura es un proceso largo y difícil para los niños, por eso hay que enseñarles a leer correctamente desde que empieza a leer las vocales y los grupos vocálicos. Debemos aunar esfuerzos por parte de maestros, padres, colegios y alumnos para conseguir que todos los niños consigan el máximo nivel posible en lectura y en la escritura. Cuando se lleva a cabo una enseñanza correcta, el aprendizaje suele ser gratificante tanto para los alumnos como para el profesor.