Presión del lápiz (Escritura – 5)

presión del lápiz

Antes de empezar a escribir es necesario realizar muchas actividades y muy variadas. El trabajo que se debería realizar previamente, entre otras cosas, sería el de la relajación segmentaria y global, el desarrollo da la motricidad gruesa y fina etc., puesto que incidirán directamente en todo el proceso escritor..

Los niños deben aprender previamente a controlar la presión que son capaces de ejercer con su mano. Es la única manera que conozco para que más tarde sean capaces de ejercer un dominio controlado de la presión que ejercen con el lápiz sobre el papel.

Cuando la presión que se ejerce con el lápiz sobre el papel es insuficiente, los dedos suelen estar situados lejos de la punta del lápiz y éste, casi siempre, está en posición vertical, por lo que la escritura es  muy fina y temblorosa, y el texto se lee con dificultad.  El niño suele tener poca fuerza en la mano con la que escribe..

Cuando un niño ejerce una presión excesiva con el lápiz sobre el papel, tensa los dedos, la muñeca, el brazo… Esta situación le provoca cansancio (que va aumentando en función del tiempo que permanezca escribiendo) y le obliga a hacer paradas para descansar. Al tener que desconectarse de lo que está haciendo, escribe más lentamente  a  la vez que su escritura va deteriorándose.

Antes de que los niños empiecen a escribir, es necesario que se desarrollen aspectos muy directamente ligados a la Coordinación Dinámica General, a la Relajación, al Equilibrio, etc.

Cuando  el niño ejerce mucha fuerza con el lápiz sobre el papel, suele sujetar  el lápiz muy cerca de la punta, por lo que los trazos son excesivamente gruesos. La escritura, a veces, resulta borrosa y oscura.

presión del lápiz

 

presión del lápiz

en los cuatro casos se entregan lápices afilados del nº2

El niño “es movimiento” y pienso que se debe aprovechar esta característica para potenciar su desarrollo motor que tan útil le será posteriormente en las tareas escolares.

 

Un ejemplo muy simple: queremos trabajar el concepto “cerca- lejos” (concepto espacial).

1º.- Con respecto al propio cuerpo.   Un niño voluntario se pone de pie en el centro de la clase con los brazos estirados;  él o los demás van diciendo las partes de su cuerpo que están lejos y las que están cerca.

2º.- Con respecto a los objetos o personas (desplazamiento en el espacio). Observar un objeto que está lejos y otro que está cerca de otro objeto distinto y después  colocar ladrillos de plástico al lado del objeto que está lejos y bolas de papel al lado del objeto que está cerca.

Este mismo ejercicio se puede hacer con los niños. Un niño o varios  se colocan en un lugar determinado y tres niños cogidos de la mano (o todos) se colocan lejos o cerca. Se pueden hacer multitud de ejercicios para conseguir que interioricen estos conceptos, cuanto más variados, más efectivos serán, más fácilmente llegarán a la generalización de estos conceptos y, de esta manera, cumplirán los objetivos previstos.

3º.- Representación gráfica.- En un soporte gráfico y  utilizando el material adecuado hacemos lo que llamamos la “ficha” relativa a estos dos conceptos.

Aprovechamos para explicar la relatividad de ciertos conceptos como estos (cerca-lejos, grande-pequeño) a la vez que utilizamos este trabajo para iniciar o reforzar otros conceptos que hemos utilizado (en este caso: centro, al lado…).

Cuando en clase digamos: “pinta un balón cerca de la casa y un pájaro lejos”, o, llevados a un nivel más práctico: “No os pongáis tan cerca uno de otro”, lo entenderán y responderán correctamente porque han interiorizado estos conceptos al haberlos  “vivido” previamente de una forma natural y lógica dentro de su proceso de aprendizaje.

Pensando en el tema que nos incumbe. Encima de una mesa colocamos un manojo de algodón y al lado una  caja llena de libros y pedimos a los niños que empujen el algodón y expliquen la sensación; después, que empujen la caja y verbalicen su experiencia.

Esta actividad será un buen comienzo para que empiecen a entender, por ejemplo, que para realizar una actividad, en este caso la escritura, no siempre se necesita utilizar la misma fuerza que para realizar otra cosa. También, que no tiene sentido utilizar mucha fuerza para realizar ciertas actividades que no la necesitan (podemos mover el algodón con poca fuerza y los músculos relajados) y que hay cosas que para conseguir hacerlas debemos hacer un esfuerzo y tensar los músculos (mover la caja de libros).

Para terminar, hacemos rayas suavemente y rayas con mucha fuerza y así podrán observar el resultado.

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